7 funciones básicas de un Gobierno: ¿deben cambiar en el futuro?
¿Qué necesitamos de un gobierno y qué necesitaremos en el futuro?
¿Cuáles son las funciones actuales y potencialmente futuras de nuestros gobiernos? ¿Qué pueden hacer, qué deben hacer y cómo se definen estas funciones?
Para la mayoría de la gente, el gobierno es sólo un vehículo en el que pagan impuestos y eligen a quien les representa en el espacio político. Pero, de hecho, un gobierno puede tener muchas funciones diferentes, y es importante comprenderlas y saber por qué debemos hacerlo mejor. Especialmente en un mundo en el que nos enfrentamos a la crisis económica, el calentamiento global, la desigualdad social y el auge de los gigantes tecnológicos, necesitamos comprender mejor quién es nuestro gobierno, qué puede hacer y qué le falta, especialmente en estos momentos.
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Funciones cambiantes del gobierno a lo largo de la historia
Los gobiernos siempre han tenido diferentes funciones a lo largo de la historia. A veces se encargaban de cuidar del pueblo y otras de hacer leyes. Ha habido épocas en las que los gobiernos hacían ambas cosas, y épocas en las que sólo hacían una u otra.
El papel del gobierno ha cambiado mucho a lo largo de los años. En el pasado, los gobiernos solían hacerlo todo. Hacían las leyes, las aplicaban y se ocupaban de la gente. Así fue durante muchos años.
Sin embargo, con el tiempo, el papel del gobierno empezó a cambiar. Los gobiernos empezaron a ceder parte de su poder a otras organizaciones. Por ejemplo, en muchos países, el gobierno ya no es responsable de hacer cumplir la ley. Esta tarea recae ahora en la policía.
El papel del gobierno también ha cambiado en cuanto al cuidado de las personas. En el pasado, los gobiernos solían ser responsables de proporcionar cosas como asistencia sanitaria y educación. Sin embargo, en los últimos años, muchos gobiernos han empezado a privatizar estos servicios. Esto significa que, en lugar de que el gobierno preste estos servicios, ahora lo hacen empresas privadas.
A pesar de estos cambios, el papel del gobierno sigue siendo muy importante. Los gobiernos siguen siendo responsables de hacer leyes y de garantizar que se cumplan. También son responsables de prestar los servicios que la gente necesita, como la sanidad y la educación. Aunque el papel del gobierno ha cambiado a lo largo de los años, sigue siendo una parte esencial de la sociedad.
7 funciones básicas del Gobierno
1. Suministro de bienes públicos
Bienes y servicios «no excluibles» y «no rivales», para servicios en los que no se puede excluir a nadie de su uso o no hay compensación si hay más participantes que lo utilizan.
Ejemplos: La defensa pública podría ser el mejor ejemplo para destacar los dos conceptos de bienes no excluibles y no rivales. Cuando un país protege su territorio, no puede excluir a un ciudadano que vive en este país del servicio de esta defensa. Tampoco es diferente si otra persona se une al país, ya que toda la región está protegida, este ciudadano extra consume el servicio, pero no rivaliza con otros ciudadanos, por lo que obtiene la misma protección que antes.
2. Gestión de las externalidades
Uno de los puntos más críticos pero también más discutidos es la gestión y la interferencia con las externalidades. Estas externalidades pueden ser positivas pero también negativas. Por lo general, las externalidades positivas son gestionadas por empresas estatales o empresas públicas/privadas muy reguladas. La mayoría de las externalidades negativas suelen mitigarse mediante leyes, restricciones y la introducción de normas.
Los problemas con las externalidades también pueden implicar un «fallo de mercado» sistemático. Esto ocurre especialmente cuando los incentivos individuales no conducen a resultados racionales para el grupo en su conjunto. Estos fallos del mercado suelen evolucionar hasta cierto punto hasta que el gobierno interviene y necesita regular.
Ejemplos: Los campos más comunes en los que las externalidades positivas son gestionadas por los gobiernos son la sanidad, la educación, pero también cosas como la protección del medio ambiente. Por otro lado, también puede haber externalidades negativas que gestionar. Por ejemplo, la sobrepesca, el calentamiento global y otros campos en los que es necesario regular por el bien de todas las personas.
3. Gasto gubernamental
Los gobiernos pueden actuar como impulsores de inversiones específicas e incluso de industrias. Esto sólo comenzó recientemente, a mediados del siglo XX, cuando el gasto público empezó a cobrar fuerza como motor de la economía.
Ejemplos: En los últimos años hemos asistido a una inversión masiva en nuevas tecnologías. Alemania, por ejemplo, financia con 10.000 millones de euros la inversión en start-ups para ayudar a las empresas de reciente creación a expandir su negocio. Esperan que este incentivo gubernamental conduzca a un crecimiento de los negocios, a más empleo, pero también a una coinversión de 20.000 millones de euros por parte de inversores privados que se verán atraídos por el apoyo del Gobierno.
4. Distribución de la renta
Una de las cuestiones más acuciantes y duraderas en el ámbito político. Implica regular el mercado, asegurar unos ingresos mínimos, proporcionar más «igualdad» pero también asegurar que los ingresos se distribuyan lo más cerca posible. Esto también significa quitarle a los ricos y distribuirlo entre los pobres.
Ejemplo: El impuesto sobre la renta puede ser la medida más conocida para garantizar una mayor igualdad. Mientras que en la mayoría de los países el gobierno grava poco o casi nada a las rentas más bajas, lo normal es que los ricos paguen una parte mayor de sus ingresos.
5. Presupuesto federal
Cuidar el déficit y también controlar los gastos e ingresos del gobierno, es una función importante para los gobiernos. Los ingresos suelen provenir de los impuestos y las tasas, mientras que los gastos se destinan sobre todo a temas como la educación, la seguridad social, la defensa pública y los gastos de administración.
Ejemplo: La mayoría de los países tienen un presupuesto que negocian cada periodo legislativo. En este presupuesto exponen su objetivo de déficit, las inversiones que pretenden realizar y los ahorros que piensan aplicar.
6. Fiscalidad
Todas las funciones de los gobiernos necesitan financiación y también redistribución. No importa si se trata de proporcionar bienes públicos como la educación, gastar en infraestructuras o distribuir la renta. Todos los gastos tienen que «ganarse» de alguna manera en un momento determinado. Para un gobierno, es un papel clave determinar el sistema impositivo y su efecto en la economía, la igualdad social, pero también otros factores como la competitividad y otros. Especialmente este papel es uno de los más discutidos y lleva también a nivel internacional a muchas tensiones cuando aparecen los llamados «paraísos fiscales».
Ejemplo: El impuesto sobre la renta, el impuesto sobre la propiedad, el impuesto sobre la renta de las empresas y muchos más impuestos se utilizan para dar al Estado una parte del valor ganado que puede utilizarse para proporcionar servicios básicos, pero también para distribuir si hay desigualdades.
7. Seguridad social
Con la creciente preocupación por el colonialismo moderno y la creciente desigualdad social, el llamamiento a la seguridad social nunca fue más fuerte. La mayoría de nosotros conocemos la seguridad social sólo por nuestros padres o abuelos, que reciben su pensión del Estado, para no tener que preocuparse de trabajar cuando sean mayores. Esta seguridad social se extiende también en muchos países al desempleo, en caso de enfermedad u otras formas de apoyo en diferentes situaciones. Si miramos al mundo digital, también la renta básica está cobrando fuerza, ya que mucha gente teme que el gigantesco mundo de la tecnología deje muchos desempleados, lo que les hace temer por su renta básica.
Ejemplo: La pensión y el seguro de invalidez son los dos pilares básicos de la seguridad social que se encuentran en casi todos los países del mundo.
Las futuras funciones del gobierno podrían cambiar
Como vemos, los gobiernos tienen un amplio abanico de intereses de los que ocuparse. Además, la mayoría de los problemas sólo pueden abordarse después de que se produzcan, sobre todo cuando se trata de gestionar las externalidades, la desigualdad social o los fallos del mercado. El gobierno sólo interviene cuando se producen problemas estructurales. Esta postura reactiva de la mayoría de los gobiernos también está causando muchos problemas, ya que los resultados pueden observarse durante mucho tiempo y la mayoría de las veces los gobiernos sólo reaccionan cuando es demasiado tarde.
Tal vez sea hora de que los gobiernos asuman nuevas funciones.
- El papel de ayudar a los ciudadanos a tomar mejores decisiones
- Un papel de ingeniería social
- Un papel de colaborar en lugar de politizar
- Un papel de intentar y fracasar
- Un papel para prevenir proactivamente futuras externalidades conocidas
Uno de los ejemplos de este tipo de estilo de gobierno proactivo puede encontrarse en Suecia, donde los conocimientos de la economía del comportamiento se utilizaron para diseñar de nuevo el sistema de seguridad social de Suecia, las normas de donación de órganos y mucho más. Este podría ser un papel clave en el futuro, donde nosotros, como sociedad, debemos ser proactivos en el diseño del futuro.
Puede que el rápido ritmo de nuestro tiempo necesite también una nueva forma de gobernar. Líderes que conduzcan activamente hacia un futuro mejor para el conjunto, en lugar de gestores que se limiten a reaccionar y optimizar basándose en el pasado.
Gobernanza Tecno-Progresista: Dando forma al futuro del gobierno
La Gobernanza Tecno Progresista representa un cambio fundamental en el papel de los gobiernos en respuesta a los rápidos avances tecnológicos y a la aparición de reinos digitales y virtuales como el Metaverso. En esencia, el tecno-progresismo es una ideología que aboga por aprovechar las innovaciones tecnológicas para promover el progreso social, garantizando al mismo tiempo normas éticas y un acceso equitativo.
Este cambio de paradigma implica que los gobiernos cambien sus funciones reguladoras y administrativas tradicionales para convertirse en facilitadores y propiciadores del progreso tecnológico de forma positiva. En este nuevo papel, los gobiernos son responsables de crear un ecosistema que fomente la innovación. Esto implica invertir en infraestructura digital, reformar los sistemas educativos para hacer hincapié en la alfabetización digital y las habilidades para el futuro, y proporcionar apoyo e incentivos para la investigación y el desarrollo en tecnologías de vanguardia (por ejemplo, los Sandboxes Reguladores). Pero no debemos olvidar que la colaboración es una piedra angular de la gobernanza tecno-progresista. Requiere asociaciones entre gobiernos, empresas tecnológicas, sociedad civil y organismos internacionales para abordar eficazmente las complejidades de un mundo digital globalmente conectado.
En los próximos 50 años veremos también la aparición de espacios digitales como el Metaverso, que desafía aún más a los gobiernos a adaptar sus enfoques de gobernanza. Esto incluye no sólo la digitalización de los servicios actuales (por ejemplo, las Plataformas Tecnológicas Gubernamentales Digitales (PTGD)), sino también considerar el impacto que tendrá en la sociedad y en nuestro planeta en su conjunto. Hay muchas fuerzas que impulsan el cambio y puede que ya sea hora de no quedarse atrás, sino de construir proactivamente un futuro deseado.
Conclusión
Las funciones básicas de los gobiernos siempre estarán ahí. Son necesarios para hacer posible una sociedad que pueda trabajar sobre normas comunes y limitar las externalidades para muchos. Con el tiempo, las funciones cambian y con los retos modernos, como las crisis económicas, las desigualdades sociales y la influencia de los gigantes tecnológicos, comprender y adaptar sus funciones es cada vez más crucial. Históricamente, los gobiernos han pasado de ser meros ejecutores de la ley y cuidadores del pueblo a entidades que gestionan las externalidades, impulsan el crecimiento económico, distribuyen los ingresos, supervisan los presupuestos federales, regulan los impuestos y proporcionan seguridad social. Estas funciones siempre se han adaptado a las necesidades cambiantes de la sociedad y la economía.
De cara al futuro, un escenario potencial que diferenciará a los gobiernos en el futuro es la adopción de la Gobernanza Tecno-Progresista. Este enfoque reimagina las funciones gubernamentales en el contexto de los rápidos avances tecnológicos y el auge de los dominios digitales como el Metaverso. La Gobernanza Tecno-Progresista sitúa a los gobiernos como habilitadores y facilitadores de la innovación, haciendo hincapié en la inversión en infraestructura digital, la reforma educativa y el apoyo a las tecnologías emergentes. También implica el uso de nuevos métodos que permitan la innovación responsable y la adaptación de las estrategias de gobierno a los ámbitos físico y virtual del futuro.
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