Definição de Sandbox Regulamentar – Significado e Impacto na Inovação

Equilíbrio entre inovação e proteção: A espada de dois gumes das caixas de areia regulamentares

Los cajones de arena reglamentarios (“Regulatory Sandbox”) fomentan la innovación mientras se navega por normativas complejas. Si se hacen bien, desbloquean el potencial; los pasos en falso pueden tener consecuencias imprevistas.

Cuando se trata de “estimular la innovación“, muchos gobiernos y regiones económicas piensan hoy en día en una posible solución próxima para atraer inversiones e ideas: el arenero normativo. Un sandbox normativo sirve como entorno controlado en el que las empresas pueden probar nuevas ideas, productos o servicios sin enfrentarse inmediatamente a toda la fuerza de los requisitos normativos. Con el rápido avance de la tecnología y las necesidades del mercado, así como el hecho de que los gobiernos también compiten por los innovadores, éstos necesitan un espacio así para probar y crecer. Los “sandboxes” reguladores ofrecen una respuesta a la pregunta: “¿Cómo podemos fomentar la innovación garantizando al mismo tiempo la seguridad y equidad de las nuevas soluciones y tecnologías?”

En esencia, un espacio aislado de regulación consiste en probar y colaborar. Los reguladores, las empresas y a veces incluso los consumidores se reúnen para comprender el potencial y las dificultades de las nuevas soluciones en un entorno controlado. De este modo, allanan el camino para los próximos grandes avances, protegiendo al mismo tiempo los intereses de todas las partes interesadas.

¿Qué es un espacio aislado de regulación?

Un sandbox regulador es un marco creado por los reguladores que permite a las empresas y a los innovadores probar y desarrollar nuevos productos, servicios o modelos empresariales (digitales) en un entorno controlado y supervisado. En este entorno, los requisitos reguladores tradicionales pueden relajarse o eliminarse por completo, permitiendo a los participantes experimentar sin el riesgo de infringir inadvertidamente reglamentos, leyes o externalidades negativas generalizadas.

La metáfora de la “caja de arena” es adecuada. Al igual que la caja de arena de un niño, donde se puede jugar, experimentar e incluso cometer errores sin temor a graves consecuencias, una caja de arena reguladora proporciona un límite protector similar para la innovación y la tecnología. El objetivo es fomentar la innovación eliminando los obstáculos normativos iniciales, probando y perfeccionando las nuevas ideas, y garantizando que son seguras y beneficiosas para los consumidores antes de que lleguen al mercado a gran escala. También se pueden desarrollar normativas basadas específicamente en los conocimientos del sandbox.

Importante: Al tratarse de un concepto tan nuevo, no existe un consenso real sobre la definición exacta y, por tanto, hay muchas definiciones y significados diferentes.

Sin embargo, también es importante entender entre regulación laxa o relajación de la regulación, porque las “lagunas” reguladoras no son permanentes, sino sólo temporales. Es muy importante que haya una duración definida y un límite temporal para las pruebas, de modo que los experimentos puedan realizarse dentro de un plazo determinado.

Ventajas de los Sandboxes Reguladores

Hay varias formas en que los reguladores y los gobiernos de todo el mundo intentan beneficiarse de los entornos aislados reguladores. He aquí algunos de los beneficios más citados que las partes interesadas esperan obtener:

  • Catalizador de la innovación: Al proporcionar un refugio seguro para la experimentación, los espacios aislados fomentan la creatividad. Los innovadores pueden explorar soluciones poco convencionales sin temor a las consecuencias normativas.
  • Velocidad de comercialización: un proceso regulador simplificado permite que las soluciones que superan las pruebas del sandbox lleguen más rápidamente al mercado. Esta velocidad es fundamental en sectores como el financiero, donde los avances tecnológicos se producen a un ritmo vertiginoso.
  • Menores costes para las nuevas empresas: Navegar por entornos normativos complejos puede requerir muchos recursos. Los sandboxes lo remedian proporcionando vías y orientaciones más claras, ahorrando tiempo y dinero a las startups.
  • Mejor protección del consumidor: aunque los espacios aislados ofrecen libertad de acción a los innovadores, no son un camino de rosas. Los reguladores aplican fuertes protecciones al consumidor para garantizar que los usuarios finales no se expongan a riesgos irrazonables.
  • Regulación informada: los reguladores se benefician de conocer de primera mano las nuevas tecnologías y modelos de negocio. Este conocimiento ayuda a formular una política reguladora informada que sea adecuada para el futuro.
  • Colaboración de las partes interesadas: los sandboxes fomentan el diálogo entre reguladores, innovadores y otras partes interesadas del sector. Este enfoque colaborativo puede conducir a marcos reguladores más holísticos y ampliamente aceptados.
  • Atraer inversiones: Un entorno regulador propicio puede hacer que una región o un país sean más atractivos para los inversores. Los Sandboxes señalan una actitud progresista hacia la innovación y a menudo atraen capital riesgo y otras inversiones.
  • Gestión de riesgos: Las pruebas controladas pueden identificar y abordar los riesgos potenciales asociados a las nuevas innovaciones antes de que se apliquen plenamente.
  • Aumento de la exposición mediática y de la imagen de marca: Los “sandboxes” normativos suelen atraer la atención de los medios de comunicación debido a su carácter innovador, lo que da a los participantes la oportunidad de aumentar su visibilidad y a los gobiernos una forma de demostrar lo innovadores que son. Las partes interesadas pueden aprovechar este espectáculo mediático para mostrar sus avances, pero también para posicionarse como líderes y pioneros del sector. Además, una cobertura mediática positiva puede aumentar la confianza del público y atraer a posibles socios o inversores, amplificando el impacto del Sandbox.

Orígenes y evolución del “Cajón de arena regulador”

Como ya se ha señalado, el concepto de “cajón de arena regulador” es relativamente nuevo. Surgió por la necesidad de una regulación adaptable ante los rápidos avances tecnológicos y para probar mejor las innovaciones sin regulaciones estrictas. Los primeros ejemplos surgieron en el sector financiero, sobre todo en la industria fintech, donde los marcos reguladores tradicionales eran incapaces de hacer frente al ritmo y la naturaleza de la innovación.

A menudo se cita a la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) del Reino Unido como pionera del primer sandbox regulatorio formal (enlace). La FCA reconoció el potencial transformador de las fintech, pero también los riesgos asociados, y trató de tender un puente entre la innovación y la regulación. Este enfoque proactivo permitió a las empresas emergentes y a los operadores tradicionales probar sus soluciones bajo la mirada del regulador en un entorno de mercado real con consumidores reales.

A partir de esta incursión inicial, la idea se extendió muy rápidamente por todo el mundo. Países de Europa, Asia, África y América empezaron a crear sus propias versiones de los sandboxes reguladores, adaptando cada país el modelo a su propio entorno regulador y a las necesidades del mercado. Además, también surgió una batalla por la innovación y los países quisieron vender esto como una ventaja local para atraer empresas e inversiones. Además de la fintech, el concepto se ha ampliado a otros sectores, como la healthtech, la insurtech e incluso áreas como la tecnología de drones, la IA, el blockchain y los vehículos autónomos.

Resulta interesante en este contexto que la evolución del sandbox regulador refleja un cambio más amplio en el pensamiento regulador. En lugar de los papeles tradicionales del gobierno y la regulación reactiva, donde las normas se formulan en respuesta al progreso, vemos un movimiento hacia la regulación proactiva, donde los reguladores se anticipan al cambio y crean entornos flexibles para comprender y dar forma a las innovaciones o tecnologías futuras.

Características clave de los espacios aislados de regulación

Un sandbox regulador es algo más que un espacio para la experimentación; es un entorno estructurado, colaborativo y orientado a los resultados que tiende un puente entre la innovación y la regulación. Los espacios aislados de regulación varían en estructura y detalles según el sector y la región, pero comparten algunas características básicas.

He aquí un desglose de las características clave que diferencian a los espacios aislados de regulación:

  • Entorno normativo adaptado: En el corazón del Sandbox hay un marco regulador a medida. Este marco puede incluir la exención de determinados requisitos, la alineación de las normas o la concesión de licencias temporales que permitan a los innovadores realizar pruebas sin enfrentarse a todas las consecuencias normativas.
  • Objetivos claros: Cada sandbox tiene un objetivo claro, ya sea promover la innovación fintech, los avances en sanidad o el desarrollo en otro sector. Estos objetivos determinan la selección de los participantes y los parámetros de las pruebas.
  • Limitados en el tiempo: Las innovaciones se prueban dentro de un periodo de tiempo específico, que a menudo oscila entre unos meses y un año o más. Esto garantiza que las pruebas estén bien orientadas y que los resultados puedan evaluarse sistemáticamente.
  • Criterios de elegibilidad definidos: No todas las empresas o innovadores pueden participar en el Sandbox. Los criterios pueden basarse en la novedad de la oferta, el impacto potencial en el mercado o la alineación de la innovación con los objetivos del Sandbox.
  • Entorno de prueba controlado: El Sandbox proporciona un entorno de mercado simulado o real en el que se realizan las pruebas. Este espacio controlado imita las condiciones reales del mercado para garantizar que los resultados sean realistas y pertinentes.
  • Ciclo de retroalimentación colaborativa: Una de las principales ventajas del sandbox es el mecanismo de retroalimentación. Los participantes reciben regularmente información de los reguladores y otras partes interesadas, lo que les permite desarrollar y perfeccionar sus innovaciones en tiempo real.
  • (Opcional) Medidas de protección del consumidor: A pesar de la laxitud de la normativa, el bienestar de los consumidores o usuarios finales es primordial. Se establecen salvaguardias, estrategias de mitigación de riesgos y mecanismos de compensación para prevenir y abordar los posibles daños.
  • Transición posterior a la prueba: Tras las pruebas, existe un protocolo claro sobre cómo proceder. Las innovaciones exitosas pueden pasar a operar plenamente en el mercado respetando los requisitos estándar, mientras que otras pueden necesitar un mayor perfeccionamiento o pueden interrumpirse.

Consideraciones sobre el diseño de un espacio aislado

La creación de un sandbox regulador requiere una planificación cuidadosa y previsión, ya que normalmente hay muchos aspectos que deben tenerse en cuenta y también supone un mayor desembolso financiero. Aunque cada sandbox tiene sus propias particularidades según el sector y la región, hay algunas consideraciones universales que deben tenerse en cuenta a la hora de crearlos:

  • Objetivos y alcance: Es importante definir claramente los objetivos del Sandbox. Tanto si el objetivo es promover soluciones fintech, apoyar las tecnologías verdes o explorar intervenciones sanitarias novedosas, esta claridad influirá en todos los demás aspectos de la planificación, o se producirán lagunas.
  • Elegibilidad de los participantes: debe haber una serie de criterios que definan quién puede solicitar el uso del Sandbox. Estos criterios pueden basarse en la novedad de la innovación, el impacto potencial en el mercado o el cumplimiento de objetivos normativos específicos. Además, dado que los participantes suelen participar en los experimentos del sandbox por apoyo financiero, debe considerarse hasta qué punto deben crearse barreras de entrada en el mismo.
  • Plazos y parámetros de las pruebas: Las innovaciones deben probarse dentro de un marco temporal definido. También debe haber directrices claras sobre qué actividades pueden llevarse a cabo para garantizar que el sandbox mantiene su enfoque y relevancia. Si es demasiado corto, es posible que no puedas medir los resultados, y si es demasiado largo, pueden surgir lagunas normativas que pueden crear ventajas injustas para los participantes a largo plazo.
  • Mecanismos de protección del consumidor: incluso en un entorno normativo laxo, deben protegerse los intereses del consumidor. Para ello, deben establecerse protocolos de mitigación de riesgos, normas de divulgación y mecanismos de compensación en caso de resultados negativos. También debe quedar claro qué indicadores clave de rendimiento se utilizan y qué riesgos se miden y cómo.
  • Tratamiento de datos y privacidad: en un momento en que los datos tienen una importancia central, es importante garantizar que todos los datos utilizados en el sandbox se traten de forma ética y segura. Aunque los estados necesitan los datos, así como los resultados, para elaborar mejores normativas, deben estudiarse disposiciones específicas para anonimizar y proteger los datos, así como protocolos para las violaciones de datos.
  • Retroalimentación e iteración: un ciclo continuo de retroalimentación es fundamental para el éxito del sandbox. Las opiniones periódicas de los participantes permiten un desarrollo iterativo que garantiza que las innovaciones se ajustan a las necesidades del mercado y a las normas reguladoras.
  • Colaboración con partes interesadas externas: Los canales abiertos con expertos del sector, académicos y el público pueden enriquecer la experiencia del sandbox. Esta colaboración puede aportar conocimientos adicionales y fomentar un entorno de desarrollo holístico. Sin embargo, esto también tiene un coste tremendo, y los expertos externos pueden tener intereses creados, entre otros.
  • Supervisión y evaluación continuas: una vez que el sandbox está en funcionamiento, debe revisarse periódicamente. Así se garantiza que siga siendo pertinente y eficaz, y que se mantenga al día de la evolución de la dinámica del sector. Deben programarse escenarios de prueba, encuestas especiales, mediciones continuas e incluso “revisiones sorpresa”.
  • Colaboración interdisciplinar: como muchas innovaciones tienen implicaciones intersectoriales, el sandbox debe facilitar la colaboración entre distintos ámbitos. Por ejemplo, una innovación fintech puede tener implicaciones para la privacidad y, por tanto, requiere la aportación de expertos en ciberseguridad.
  • Adaptabilidad: el diseño del sandbox debe ser lo suficientemente flexible como para adaptarse a los rápidos cambios tecnológicos y del mercado. Dado que las tecnologías pueden evolucionar rápidamente en pocos años, debe garantizarse que el marco siga siendo relevante y no se convierta en un cuello de botella para formas de innovación más novedosas en el futuro.
  • Evaluación comparativa mundial y mejores prácticas: La evaluación y la comparación con sandboxes de éxito a nivel mundial son beneficiosas. Al incorporar las mejores prácticas y aprender de las experiencias de otras regiones, el sandbox puede desarrollar un modelo operativo más refinado y eficaz.
  • Vías posteriores a las pruebas: Una vez finalizadas las pruebas, deben existir vías claras para la transición. Esto podría significar la transición del proyecto a operaciones de mercado completas, la necesidad de otra iteración, o incluso la interrupción, o hasta qué punto los datos y los resultados fluyen hacia futuras normativas.

Retos y limitaciones de los Sandboxes normativos

Como hemos visto, hay muchas consideraciones que hacer, e incluso la lista anterior no es definitiva. Los cajones de arena normativos pueden convertirse en proyectos muy grandes (aunque sólo es un cajón de arena, por lo que su tamaño es limitado). Así que echemos un vistazo a los retos y limitaciones a los que se han enfrentado muchos de los cajones de arena normativos hasta ahora, y a las cuestiones que deberías tener en cuenta y mitigar antes de que te encuentres con problemas mayores:

  • Consumo intensivo de recursos: La creación y gestión de un sandbox requiere importantes recursos y un equipo dedicado. Los supervisores deben asignar tiempo, personal y, a veces, tecnología para supervisar eficazmente y mantener en funcionamiento un sandbox.
  • Limitaciones de tamaño: Los cajones de arena están intrínsecamente controlados y tienen un alcance limitado. Esto significa que los resultados observados no siempre pueden trasladarse sin problemas a todo el mercado, lo que podría ocultar riesgos sistémicos mayores. Además, hay que reconocer que ciertos modelos de negocio e innovaciones sólo pueden funcionar si prosperan gracias al arbitraje, es decir, si no están regulados.
  • Dependencia excesiva del sandbox: existe el riesgo de que las empresas consideren el sandbox como la vía principal para la innovación, desplazando al mercado otras vías viables que no sean el sandbox. Esto también podría impedir una buena innovación, o que el gobierno sea visto como responsable de la innovación o como sustituto de la “Mano Invisible” en el mercado.
  • Preocupación por la equidad: dado que no todos los solicitantes pueden participar, podría haber preocupación por el favoritismo o la parcialidad en la selección de los participantes. Unos criterios y procesos de selección transparentes pueden ayudar a aliviar estas preocupaciones. Sin embargo, es importante recordar que los participantes pueden tener una ventaja estratégica y, por tanto, otras empresas pueden tener menos oportunidades si no se les incluye en el sandbox.
  • Privacidad y seguridad de los datos: incluso con protocolos estrictos de tratamiento de datos, siempre existe un riesgo en el manejo de información sensible o personal, especialmente con innovaciones centradas en tecnologías basadas en datos. Dado que los datos tienen una vida útil infinita, esto también puede provocar daños a largo plazo. (Ejemplo: datos sanitarios, datos muy personales, banca).
  • Percepción del consumidor: aunque la protección del consumidor sigue siendo primordial, existe el riesgo de que los consumidores perciban los productos sandbox como “menos regulados” o más arriesgados que las ofertas tradicionales. Esto puede sesgar los resultados.
    Distorsiones del mercado: Como ya se ha mencionado brevemente, los sandboxes que no se gestionan con cuidado pueden dar inadvertidamente a ciertas empresas ventajas sobre otras, lo que puede provocar distorsiones del mercado.
  • Velocidad de desarrollo: los cajones de arena reguladores deben evolucionar rápidamente para seguir siendo relevantes. Si el desarrollo de los cajones de arena se retrasa con respecto a los avances tecnológicos, su eficacia disminuye. Esto es especialmente difícil para los estados, ya que los procesos de toma de decisiones reguladoras suelen llevar más tiempo. Por lo tanto, es aconsejable decidir proactivamente por adelantado que un sandbox regulador debe gozar de ciertas libertades y “adaptabilidad”.
  • Desafíos legales: Para las empresas que operan a escala transfronteriza, navegar por múltiples entornos sandbox en distintas jurisdicciones puede resultar complejo y difícil. Las normativas poco claras también pueden provocar problemas adicionales (por ejemplo, suele ser difícil para una empresa tener un producto regulado y otro menos regulado, porque entonces tiene que gestionar dos productos)
  • Sobrecarga de información: aunque la información es importante, existe el riesgo de abrumar a los participantes con información excesiva o contradictoria, lo que puede provocar confusión o retrasos en la mejora del producto. Además, los comentarios basados en el propio interés pueden convertirse rápidamente en una trampa.
  • Expectativas incoherentes: A veces los innovadores entran en un sandbox con expectativas poco realistas sobre los resultados o el alcance de la indulgencia normativa. Esto puede provocar frustración entre los participantes y resultados sesgados. Por lo tanto, es primordial una comunicación y unos objetivos claros.
  • Falta de experiencia: Las innovaciones, sobre todo en campos que evolucionan rápidamente, pueden requerir conocimientos especializados para ser evaluadas con eficacia. Si el regulador no tiene esta experiencia, podría comprometer la eficacia del sandbox.
  • Presiones económicas y políticas: Los Sandboxes a veces pueden verse influidos por presiones económicas o agendas políticas, lo que podría comprometer sus objetivos fundamentales y ofrecer barreras reguladoras más bajas puede utilizarse para una competencia global desleal. Especialmente cuando los gobiernos quieren estimular las innovaciones en la economía digital, esto puede tener rápidamente repercusiones globales.
  • Proliferación excesiva: Si varios reguladores de una región crean sus “sandboxes”, esto podría provocar fragmentación y confusión para las empresas, pero también una “carrera a la baja”.

El futuro de los “cajones de arena” reguladores

El futuro de los sandboxes operativos reside en la adaptabilidad y el potencial de estos marcos para adaptarse rápidamente a los retos y luego también transferir valor a la economía real.

Los cajones de arena reguladores ya han demostrado su potencial más allá de su cometido original en el sector de la tecnología financiera y funciona bastante bien en algunos ejemplos. A medida que el mundo se enfrenta a retos complejos como el cambio climático, las crisis sanitarias mundiales y el difícil equilibrio entre la privacidad y el avance tecnológico, los sandboxes pueden desempeñar un papel fundamental, para las empresas pero también para los Estados.

A medida que más países adoptan el enfoque de los “cajones de arena” y reconocen sus ventajas, también existe el potencial para la cooperación internacional, pero también el peligro de una “carrera a la baja” global en la que todos quieran rebajarse unos a otros y las leyes y normativas internacionales queden subordinadas.

El concepto de sandbox en sí suele ser un reto menor que el hecho de que los Estados también tendrán que replantearse a sí mismos. Del pensamiento reactivo al diseño proactivo. Así pues, las condiciones marco no deben volverse burocráticas o demasiado engorrosas, y debe haber cierta apertura por parte de las empresas, la ciencia, pero también la política.

Especialmente las tecnologías difíciles de predecir, como el Metaverso, la IA, el Big Data y otras tecnologías de vanguardia, los sandboxes reguladores podrían ser una opción para comprender estos desarrollos y dirigir mejor las normativas. Esto significa que deben estar equipados no sólo con experiencia reguladora, sino también con conocimientos tecnológicos y éticos, para no hacer falsos experimentos con resultados poco fiables o incluso erróneos.

Conclusión

El sandbox regulador es esencialmente una solución elegante a la omnipresente tensión entre innovación y regulación. Si se aplica correctamente, los gobiernos pueden fomentar la innovación al tiempo que garantizan la seguridad y los intereses de todas las partes interesadas o del público.

Pero como ocurre con cualquier herramienta potente, existen muchas dificultades en su aplicación. Aunque el sandbox pretende equilibrar la innovación y la regulación, lograr ese equilibrio no es tarea fácil. Además, como la batalla por la innovación también se libra suprarregionalmente, esas “excepciones” también pueden convertirse rápidamente en la norma, suavizando así la normativa y desencadenando una carrera a la baja.

Así pues, no es sorprendente que los cajones de arena mal estructurados o partidistas puedan abrir la puerta a guerras comerciales y enredarse en intereses políticos, convirtiéndolo en un campo de batalla en lugar de un espacio para la cooperación. También existe el riesgo de autopropagación si el sandbox no es sólo un campo de pruebas temporal, sino que se convierte en un estado permanente para que algunas empresas eludan las normas habituales.

Dependiendo de la industria o el sector, podrían surgir problemas adicionales que socavaran la estricta normativa de protección de los consumidores. Si el sandbox afloja inadvertidamente estas barandillas, corre el riesgo de ser un paso atrás y poner en peligro la esencia misma de las protecciones.

Dado que, en general, los estados necesitan pasar de una regulación “reactiva” a una “proactiva” para seguir el ritmo de la innovación y la tecnología, el Sandbox Regulador se convertirá en una herramienta estándar que permita a los estados innovar, poner a prueba las regulaciones, pero también aprender de las implicaciones de la tecnología y derivar mejores regulaciones.

Benjamin Talin, a serial entrepreneur since the age of 13, is the founder and CEO of MoreThanDigital, a global initiative providing access to topics of the future. As an influential keynote speaker, he shares insights on innovation, leadership, and entrepreneurship, and has advised governments, EU commissions, and ministries on education, innovation, economic development, and digitalization. With over 400 publications, 200 international keynotes, and numerous awards, Benjamin is dedicated to changing the status quo through technology and innovation. #bethechange Stay tuned for MoreThanDigital Insights - Coming soon!

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