El gran malentendido de la digitalización como un proceso de cambio

El mayor desafío de la digitalización no es la adaptación de las tecnologías

El mayor desafío de la digitalización no es la adaptación de las tecnologías, sino el desarrollo ulterior de los métodos de trabajo y las estructuras organizativas. Si bien el mundo industrial se caracterizó por la eficiencia impulsada al máximo por procesos sofisticados, ahora tenemos que adaptarnos a un mundo en el que se liberan capacidades humanas como la creatividad, la comunicación y la empatía.

Una y otra vez, la transformación digital (digitalización vs. transformación digital) se describe como el «mayor proceso de cambio de todos los tiempos». El cambio que estamos experimentando actualmente es ciertamente muchas cosas, pero una cosa no es ciertamente: ¡un proceso!

¿Por qué? Venimos de la era de la industrialización, donde las organizaciones funcionan como una máquina: En este mundo, los procesos aseguran que cada empleado funcione como una rueda en la caja de cambios. La perfecta adaptación a las exigencias de esta época: las tareas complicadas (como la fabricación de un coche) se dividen en muchos pequeños pasos de trabajo, cada uno de los cuales debe ser completado por empleados con objetivos definidos. La dirección asigna tareas y controla el cumplimiento de las especificaciones. Los procesos son el corsé para evitar errores y controlar la interacción de las tareas individuales.

Esta organización del trabajo encaja perfectamente en un mundo predecible y previsible del que estamos saliendo y entrando en una era en la que se aplican reglas diferentes: Complejidad vs. complejidad Planificación vs. imprevisibilidad, esposas vs. flexibilidad, especificaciones vs. responsabilidad personal. Echemos un vistazo más de cerca a esto.

Complejidad vs. complejidad

La digitalización significa pensar en sistemas. Todo puede ser asociado con todo gracias al Internet de las cosas. Tomemos la movilidad como ejemplo: para ir de A a B, ya no tenemos que elegir necesariamente un único medio de transporte: el tren o nuestro propio coche, sino que podemos llevar el e-scooter a la estación de S-Bahn, luego usar el transporte público y finalmente quizás tomar un coche de alquiler hasta el destino final. Todo puede ser reservado por adelantado con un solo proceso de pago. La integración de los datos lo hace posible. La rapidez con que se reduzcan las emisiones de C02 de los coches, por lo tanto, ya no depende sólo del final del motor de combustión, sino de muchos otros factores. La causa y el efecto ya no son lineales, tenemos que pensar en sistemas. Estamos inmersos en un mundo complejo que ya no puede ser controlado por procesos.

Planificabilidad vs. Imprevisibilidad

La complejidad también significa que tenemos opciones de planificación menos fiables. Quedémonos con la movilidad y mirémosla a través de los ojos de un fabricante de automóviles: Además de la red digital de los diversos medios de transporte, también existe la conducción autónoma. Dentro de unos años, cuando pueda pedir el vehículo que necesito con el toque de un dedo usando una aplicación en mi puerta, puede que ni siquiera quiera tener un coche. Si ese es el caso, ¿la marca del coche seguirá teniendo el mismo significado que tiene hoy en día? Después de 100 años de modelos de negocio prácticamente sin cambios, la industria se enfrenta a un cambio complejo.

Ya sea un coche, una bombilla, una nevera o una imprenta, los principios son siempre los mismos: en el momento en que conecto un producto a Internet y lo enriquezco con datos, se crea una infinidad de enlaces con el resto del mundo. Por lo tanto, las empresas deben prepararse para un mundo en el que aún no saben exactamente con qué van a ganar dinero dentro de unos años. Es importante desarrollar el mundo laboral en consecuencia y mirar los procesos a través de diferentes lentes:

Esposas vs. flexibilidad

¿Cómo nos adaptamos a un mundo así? Ciertamente no a través de más procesos, sino a través de estructuras flexibles. Más que nunca, el complejo y multifacético mundo descrito anteriormente necesita personas creativas que sean capaces de aprovechar las innumerables oportunidades: asumir riesgos, probar cosas, establecer redes con nuevos interesados. Cuanto más se limite el trabajo de cada individuo por los procesos, menos imaginación surgirá para reconocer exactamente estas muchas posibilidades. El cambio digital sólo puede desarrollarse en el espacio libre: Permitiendo a los empleados trabajar en red a través de los límites departamentales, compartiendo conocimientos mediante modernas herramientas de colaboración que hacen visibles a las personas y sus habilidades.

Especificaciones vs. responsabilidad personal

Cada vez se trabaja más con máquinas. Esto no deja casi ningún lugar de trabajo fuera. Los rayos X ya están siendo evaluados más rápido y con mayor precisión por las máquinas que por los médicos. Hace años, un estudiante londinense de 18 años desarrolló una aplicación que podía dar información legal rápida si alguna vez recibías una multa, por ejemplo por estacionar en el camino equivocado, y el departamento de construcción de máquinas ya está implementando la construcción automática. Los académicos también se liberarán de todo trabajo que tenga que ver con el reconocimiento de patrones y la normalización. ¿Qué quedará entonces para nosotros los humanos? El espacio se creará exactamente para el espacio libre que necesitamos para llevar nuestras habilidades humanas como la creatividad, la empatía y las habilidades de comunicación mucho más a nuestro trabajo diario. El médico tiene más tiempo para conversar con el paciente, el abogado puede ocuparse de los casos excepcionales, el ingeniero puede volver a ser un juguete. A nuestros talentos se les puede dar más espacio.

Así que cuando el mando y la obediencia se vuelven menos y tenemos más espacio, significa que tenemos que tomar más responsabilidad personal. Para preguntarnos, ¿cuáles son mis puntos fuertes? Tener el coraje de compartir nuestras propias ideas con otros, para avanzar y tomar riesgos. El tan descrito cambio cultural no es una coincidencia, es una necesidad absoluta para las empresas nadar como un pez en el agua en la complejidad del mundo digital. Este cambio cultural lleva tiempo, y si un medio de industrialización probado y comprobado no funciona, son los procesos.

Conclusión – Digitalización y cambio

El mundo del trabajo industrial se caracterizaba por la eficiencia, en la que cada individuo de la empresa tenía que completar tareas predeterminadas en un tiempo definido. Los procesos proporcionaban el marco estricto, la gestión significaba el control constante de los objetivos. En ese entorno, no se planificaron cambios fundamentales.

Lidiar con el cambio significa externalizar todo el trabajo estándar en las máquinas y dar a las personas más libertad para la innovación. Una gran tarea que nos toca en lo más profundo de nuestro ser. Las empresas tendrán éxito si cuestionan todos los procesos. Si le quitan la libertad a los empleados, restringen la comunicación, tienen que ser redefinidos o borrados.

El desafío es grande, así como las oportunidades.

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