Taxonomía de la UE: conjunto de normas para una clasificación sostenible y su importancia para la salud y la economía social

Empresa sostenible: retos y potencial sanitario y socioeconómico

Como parte del Green Deal, en 2020 se introdujo un elemento central: el Reglamento de la UE sobre la taxonomía. Desde principios de 2022, ha entrado en vigor el «Plan de Acción para la Financiación del Crecimiento Sostenible», que también repercute en la salud y la economía social.

Desde principios de este año, el Reglamento de Taxonomía de la UE ha sido un componente clave del Green Deal de la UE. El reglamento fue adoptado por la Comisión Europea en 2020. Forma parte del «Plan de Acción para la Financiación del Crecimiento Sostenible», que la Comisión de la UE presentó en marzo de 2018. Con ello se pretende canalizar los flujos de capital hacia actividades económicas ambientalmente sostenibles.

La taxonomía pretende impulsar la reducción de los gases de efecto invernadero perjudiciales para el medio ambiente: Para lograr una reducción significativa de las emisiones de CO2, es necesaria una transformación respetuosa con el clima de todos los sectores económicos, y hay que canalizar más inversiones privadas en este sentido. Esto hace que la sostenibilidad sea un criterio para la gestión del riesgo en el sector financiero.

La taxonomía de la UE ha provocado amplios e intensos debates hasta ahora. Un punto de controversia son los planes para clasificar la energía nuclear y el gas como sostenibles. Los críticos consideran que se trata de un amargo revés para la protección del clima; los distintos países de la UE tienen opiniones diferentes. Y muchas empresas se preguntan: ¿nos afecta también la taxonomía de la UE y qué significa para nosotros? ¿Qué es obligatorio para quién y cuándo? ¿Cómo puedo prepararme para ello? ¿Qué necesito para esto?

¿Qué es la taxonomía de la UE?

Con el reglamento de la taxonomía «ecológica» (en pocas palabras: taxonomía), la Comisión Europea quiere definir qué actividades económicas se clasificarán como ecológicamente sostenibles en el futuro. Con ello se pretende crear la base para dirigir el capital hacia inversiones sostenibles, es decir, hacia estas actividades económicas clasificadas como ecológicamente sostenibles.

Básicamente, una actividad económica se clasificará como ambientalmente sostenible en el sentido del Reglamento de la Taxonomía si cumple cuatro criterios:

  1. La actividad contribuye significativamente a al menos uno de los seis objetivos medioambientales.
  2. La actividad no supone un deterioro significativo de un objetivo medioambiental.
  3. La actividad económica también cumple con ciertas normas sociales mínimas. Entre ellos se encuentran los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos o la Carta Internacional de Derechos Humanos.
  4. La actividad cumple con los criterios de evaluación técnica definidos. Éstas pueden utilizarse para evaluar si la actividad contribuye significativamente a un objetivo medioambiental o si perjudica significativamente un objetivo medioambiental.

6 Objetivos medioambientales según la taxonomía de la UE

  • Protección del clima,
  • adaptación al cambio climático,
  • el uso sostenible y la protección de los recursos hídricos y marinos,
  • la transición a una economía circular,
  • la prevención y reducción de la contaminación ambiental, y
  • la protección y restauración de la biodiversidad y los ecosistemas.

La taxonomía en su totalidad se compone, por un lado, del Reglamento de la Taxonomía y, por otro, de otros reglamentos delegados. Para los dos objetivos medioambientales «protección del clima» y «adaptación al cambio climático», los criterios de evaluación técnica de determinadas actividades económicas están disponibles desde diciembre de 2021. Este año se adoptarán nuevos actos jurídicos sobre los demás objetivos medioambientales.

Relevancia de la taxonomía para la salud y la economía social

La taxonomía da una nueva dirección a los bancos y a sus clientes, las empresas con necesidades de financiación, porque los criterios establecidos en la taxonomía están ahora anclados en la legislación europea y también constituyen la base de otros ámbitos, que se refieren, por ejemplo, a los productos financieros sostenibles, la presentación de informes o las nuevas normas de supervisión del sector financiero. Debido a esta orientación hacia los mercados financieros y de capitales, las empresas de la economía sanitaria y social se ven afectadas indirectamente.

Los criterios de evaluación técnica, en particular, constituyen un «hito» en el camino hacia la transferencia del Reglamento de la Taxonomía a la práctica. Por lo tanto, se examinarán con más detalle a continuación:

En los criterios de evaluación técnica de los dos objetivos medioambientales «protección del clima» y «adaptación al cambio climático», sólo se tienen en cuenta las actividades económicas que pueden contribuir significativamente a la consecución de los objetivos climáticos europeos. Esto incluye, entre otros, el sector de la «construcción e inmobiliario», ya que, según la Comisión Europea, los edificios representan el 40% del consumo de energía y el 36% de las emisiones de CO2 en la Unión Europea.

Los criterios de evaluación técnica están disponibles para todas las actividades económicas relacionadas con el sector de la construcción e inmobiliario que impliquen la construcción de nuevos edificios, la renovación de los existentes, la instalación, el mantenimiento y la reparación de equipos de eficiencia energética, las estaciones de carga para vehículos eléctricos en edificios o las tecnologías de energías renovables, así como la adquisición y la propiedad de edificios. Pueden utilizarse para comprobar si se consideran «ambientalmente sostenibles» y, por tanto, «conformes con la taxonomía».

1. Protección del clima: eficiencia energética y uso de materiales

Los edificios -por ejemplo, centros de asistencia, hospitales o incluso guarderías- desempeñan un papel fundamental en la economía sanitaria y social, ya que la mayoría de las empresas son también propietarias de los inmuebles que utilizan y, por tanto, tienen que ocuparse del mantenimiento, la renovación o la adquisición de otros edificios.

Los criterios de evaluación técnica utilizados para determinar si una actividad económica, por ejemplo en el ámbito de la nueva construcción, contribuye de forma significativa a la protección del clima y además no compromete de forma significativa ningún objetivo medioambiental están claramente expuestos. Entre ellos se encuentran los umbrales que deben alcanzarse en la demanda de energía primaria y su verificación, o la identificación de los riesgos climáticos físicos que son importantes para la actividad. Estos riesgos pueden incluir olas de calor o de frío, incendios forestales y forestales o fuertes precipitaciones. Siempre que la multitud de criterios definidos se cumplan en su totalidad, la actividad económica puede clasificarse como ecológicamente sostenible (para el objetivo medioambiental «protección del clima»).

2. Adaptación al cambio climático: preparación para los nuevos riesgos climáticos

Los criterios de evaluación técnica de un edificio nuevo para determinar si una actividad económica contribuye de forma significativa a la adaptación al cambio climático incluyen la comprobación de si la actividad aplica soluciones que reducen de forma significativa los riesgos climáticos físicos significativos. Las empresas de la economía social y de la sanidad, en particular, deben prestar más atención a estos riesgos y prepararse para posibles fenómenos meteorológicos extremos, ya que el bienestar y la protección de los pacientes y del personal es primordial.

Además, hay que determinar si la actividad económica no provoca ningún deterioro significativo de un objetivo medioambiental. También se ofrecen criterios técnicos de evaluación para este fin, como los umbrales de demanda máxima de energía primaria.

3. Importancia de las actividades económicas conformes con la taxonomía

La clasificación de si las actividades económicas son conformes con la taxonomía desempeñará, como ya se ha dicho, un papel más importante en el futuro en las obligaciones de transparencia para las grandes empresas, así como para los bancos. Los otros requisitos de regulación y supervisión que aún se están preparando también sugieren que la clasificación en términos de la taxonomía también tendrá una influencia en la adecuación del capital o la evaluación del riesgo en la financiación.

Perspectivas de futuro

A lo largo del año se publicarán otros criterios técnicos de evaluación para los cuatro objetivos medioambientales restantes, de modo que podrían surgir aspectos adicionales para el sector de los edificios. La Comisión Europea revisará periódicamente los criterios de evaluación del Reglamento sobre la taxonomía y los adaptará en caso necesario. Todas las partes implicadas deben estar atentas a los cambios.

Transparencia en los estados no financieros

En la medida en que una empresa de la economía social y de la salud esté obligada a presentar una declaración no financiera, también deberán cumplirse en el futuro los nuevos requisitos de transparencia en el sentido del Reglamento sobre la taxonomía.

Tareas para las empresas de la economía social y de la salud

  • Comprobar si es necesaria y posible una rehabilitación energética / renovación de los edificios existentes
  • En su caso, derivación de las posibles medidas que podrían aplicarse a corto, medio y largo plazo.
  • Examen del contenido de la taxonomía, es decir, sus criterios en general y, en particular, los criterios de evaluación técnica global de los edificios, por ejemplo
  • Certificado de eficiencia energética a través del Certificado de Eficiencia Energética
  • Comprobación de las fichas técnicas de determinados aparatos sanitarios en lo que respecta al caudal de agua, entre otras cosas
  • Análisis de los riesgos físicos relacionados con la ubicación
  • Derivar medidas para mitigar los riesgos o prepararse para hacer frente a los riesgos inevitables.
  • Empresas que están obligadas a presentar una declaración no financiera: Análisis de los datos que deben recogerse en función del Reglamento de la Taxonomía

Autor: Dr. Astrid Herrmann, Directora de RSC y Finanzas Sostenibles, Evangelische Bank

Die Evangelische Bank eG ist als genossenschaftlich organisiertes, modernes Kreditinstitut die nachhaltig führende Spezialbank für Kunden aus Kirche, Diakonie, Gesundheits- und Sozialwirtschaft sowie für alle privaten Kunden mit christlicher Werteorientierung. Als spezialisierter Finanzdienstleister bietet die Evangelische Bank neben dem exzellenten Branchen-Know-how auch umfassende Finanzlösungen für den kirchlich-diakonischen und sozialen Bereich. Mit einer Bilanzsumme von 8,38 Mrd. Euro zählt sie zu den größten Genossenschaftsinstituten in Deutschland. In ihrem Kerngeschäft finanziert sie soziale Projekte aus den Bereichen Gesundheit, Altenpflege, Jugend- und Behindertenhilfe, Bildung, bezahlbarer Wohnraum sowie privater Wohnbau und investiert in Vorhaben, Unternehmen und Institutionen, die zur Bewahrung der Schöpfung einen positiven Beitrag leisten. Sie setzt sich für eine nachhaltig lebenswerte Gesellschaft ein. Die Evangelische Bank richtet ihr unternehmerisches Handeln nach den 17 Zielen für nachhaltige Entwicklung (Sustainable Development Goals – SDGs) und nach den anspruchsvollen EMASplus - Kriterien aus.

Los comentarios están cerrados.

This website uses cookies to improve your experience. We'll assume you're ok with this, but you can opt-out if you wish. Accept Read More